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Llegaron a Mendoza los 61 participantes de 58 países para competir por el título del mejor sommelier del mundo. La competencia arranca mañana a en el Park Hyatt Mendoza, organizada por la Asociación de la Sommellerie Internacional, radicada en París, y la Asociación de Sommeliers de Argentina. Los argentinos del Mundial son la barilochense, radicada en Londres, Paz Levinson (mejor sommelier de Argentina y ganadora del concurso americano) y el sommelier de Tegui, Martín Bruno (segundo en competencia nacional).
Los participantes deberán superar tres niveles: cata a ciegas, prueba teórica sobre mercado y terruño; y servicio de vinos y bebidas espirituosas. En el segundo día, de los 61 quedarán 12 semifinalistas y sólo tres competirán luego por el título. El jurado lo integran master sommeliers y críticos de nivel mundial. La final será en el teatro Independencia de Mendoza donde, sobre un escenario, los finalistas simularán atender al público y harán maridajes con comida.
¿En qué radica la dificultad de las pruebas? El presidente de la Asociación Argentina de Sommelier, Andrés Rosberg, explica que es un examen de alto rendimiento y hay algunos errores que los participantes deben resolver, como corregir una carta de vinos donde puede aparecer una falta ortográfica o equivocación en la región o añada de un vino. Al ser una competencia global, se hablará en 40 idiomas diferentes. Pero las pruebas sólo pueden rendirse en inglés, francés o español. Hay una dificultad más: ninguno de los competidores puede elegir su idioma nativo.
Mañana a las 8.30, los participantes deberán superar un extenso examen teórico: 35 páginas de preguntas tipo multiple choice y cuadros para completar con vinos, terruños y nombres de bodegas y personalidades del mercado del vino.
ta a ciegas, con copas transparentes, en la que los concursantes deberán describir por escrito las características olfativa, visual y gustativa. También detallar qué vino es, la añada y la región o bodega. Más recomendaciones del plato con el que sugieren maridaje. Luego hay otra cata, con copas negras, donde se colocan licores y otros destilados para que los participantes digan de qué se trata.
Por la tarde, comienzan las pruebas de servir el vino, apertura de botellas y decantación, en un simulacro de restaurante. A la noche se anuncian los semifinalistas.
El domingo, desde las 7.30, los mejores competidores vuelven a hacer una prueba teórica en idioma extranjero y vuelven a catar y describir el vino, esta vez con exposición oral. Aparece la comida en escena: se sirven varios platos con dos o tres vinos, y los sommeliers deben explicar con cuál vino va mejor y por qué. Reiteran la prueba de servicio, cada vez más difícil. Por ejemplo, les traen una caja de vinos, sin ninguna referencia, y deben simular cómo la recibirían en un restaurante. Deben firmar el remito, cotejar que coincida lo que hay en el interior de la caja con lo que dice en el papel y guardarlo en una heladera. En otros mundiales, han aparecido trampas: la heladera desenchufada o no entraban todos los vinos recibidos porque ya estaba casi llena.
El martes a las 16 será la gran final. Sobre el escenario del Independencia, un teatro construido para óperas, subirán los semifinalistas y se anunciarán los tres que pasan a la última instancia. Se sortea el orden de participación y tienen unos 30 minutos cada uno en para desempeñarse en un salón montado como un restaurante, donde los jurados y el comité técnico será los comensales.
La última prueba es una competencia en paralelo, los tres finalistas sobre el escenario. Se descubren al público --que lo seguirá en pantalla gigante desde los salones del Hyatt-- las trampas y cuáles fueron los vinos catados.
Antes de anunciar a los ganadores, habrá un show de tango de Mora Godoy. La entrega de trofeos será en Bodega Los Toneles, en Guaymallén, con una cena de gala.
Fuente Clarin
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